El rubbing es un tipo de cera con propiedades únicas, diseñada específicamente para el pulido, la eliminación de manchas y la corrección de imperfecciones en superficies que cuentan con acabados de color. Se utiliza eficazmente para tratar problemas comunes como grumos de pintura, empates (zonas donde la pintura no se ha distribuido uniformemente) y rayones superficiales que pueden afectar la apariencia de diversos objetos.
Este producto está formulado con una combinación precisa de pigmentos abrasivos de grano fino, agentes emulsificantes que facilitan su aplicación y remoción, y solventes especiales que ayudan a disolver y eliminar los residuos no deseados. La acción conjunta de estos componentes permite al rubbing actuar sobre la capa superficial de la pintura, eliminando suavemente los rayones y los restos de pintura erosionada sin causar daños mayores ni dejar marcas visibles en la superficie tratada.
Una de las características destacadas del rubbing es su versatilidad. Gracias a sus propiedades abrasivas controladas, puede utilizarse para pulir y abrillantar tanto superficies que han sido repintadas como aquellas que conservan su pintura original de fábrica. Su aplicación no se limita a un solo tipo de material, siendo efectivo en una amplia gama de superficies, incluyendo la carrocería de automóviles y motocicletas, cascos de embarcaciones, elementos de plástico, e incluso superficies metálicas como bronce y cobre, entre otros.
En resumen, el rubbing se presenta como una solución integral para mejorar la apariencia de superficies pintadas. Su capacidad para pulir, desmanchar y eliminar imperfecciones de manera segura y eficaz lo convierte en un producto indispensable para el mantenimiento y la restauración estética de una variedad de objetos y vehículos.